LITERALMENTE LITERAL (I)
Tras muchas reflexiones acerca de la democracia, es sensato revalorizar el tipo de libertades que la ciudadanía ha venido practicando y hasta el límite que lo ejerce. La democracia es como un buen juguete, muy costoso. Mientras está en manos de usuarios cuidadosos, ni se deteriora, ni se rompe, ni se daña. Es perenne. Si ese juguete cae en manos de quienes no lo cuidan con el rigor necesario para prolongar su permanencia, entonces, se corre el riesgo de perderlo. Cambiar las reglas fundamentales de la democracia es inaceptable, pero esas reglas pueden ser moldeadas y administradas bajo un régimen organizado a base de un orden que sea respetado unánimemente. Hay prácticas que están fundamentadas en el principio de la libre autodeterminación de los pueblos que se mantienen y se respetan, pero hay otras que estando sustentada en el mismo principio que se han caído y no se han vuelto a levantar. Los grandes pecados de nuestra sociedad comienzan por la falta de una orientación ciudada