AUMENTOS SALARIALES DESPROPORCIONADOS
Los que salen a pasear y no llevan paraguas, si les sorprende un aguacero, tienen que optar por la solución que les resulte más aconsejable:
a) Mojarse.
b) Guarecerse en un zaguán.
c) Comprar un paraguas o una capa.
d) Usar un cartón o improvisar un "taparete".
e) Algunas cosas más..
Cualquier opción que se elija provocará retraso en mayor o menor grado para retornar a casa. La primera es la que menos afecta el tiempo, pero puede traer consigo una neumonía fatal.
Los economistas tienen una visión del comportamiento social como ningún otro profesional y no es casual, que en su lucha por mantener la estabilidad de los precios, el Banco Central, haga recomendaciones sobre ajustes salariales.
Los aumentos anunciados por el Presidente Medina, no es que sean injustos, pero se convierten en un aguacero con el cual habrá que improvisar debido a lo desproporcionados que son y la inmediatez de su ejecución.
Quizás el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo lo recomendó así y así se queda, pero habrá que hilar fino en materia presupuestaria para cumplir con ese mandato en tan solo 30 días, aparte de la ilusión monetaria que podría traer consigo la duplicación del salario mínimo estatal.
Debe aprovecharse la oportunidad para indagar si quienes reciben ese miserable salario mínimo mensual asisten o no a sus labores, sabiendo que gran parte del mismo tendría que ser gastado en pasajes y en la compra de un "lunch" en los antihigiénicos tarantines que pululan alrededor de las oficinas públicas. Esa sería una forma de detectar si el aumento tendrá más impacto en las "botellas" que en los que trabajan por necesidad.
a) Mojarse.
b) Guarecerse en un zaguán.
c) Comprar un paraguas o una capa.
d) Usar un cartón o improvisar un "taparete".
e) Algunas cosas más..
Cualquier opción que se elija provocará retraso en mayor o menor grado para retornar a casa. La primera es la que menos afecta el tiempo, pero puede traer consigo una neumonía fatal.
Los economistas tienen una visión del comportamiento social como ningún otro profesional y no es casual, que en su lucha por mantener la estabilidad de los precios, el Banco Central, haga recomendaciones sobre ajustes salariales.
Los aumentos anunciados por el Presidente Medina, no es que sean injustos, pero se convierten en un aguacero con el cual habrá que improvisar debido a lo desproporcionados que son y la inmediatez de su ejecución.
Quizás el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo lo recomendó así y así se queda, pero habrá que hilar fino en materia presupuestaria para cumplir con ese mandato en tan solo 30 días, aparte de la ilusión monetaria que podría traer consigo la duplicación del salario mínimo estatal.
Debe aprovecharse la oportunidad para indagar si quienes reciben ese miserable salario mínimo mensual asisten o no a sus labores, sabiendo que gran parte del mismo tendría que ser gastado en pasajes y en la compra de un "lunch" en los antihigiénicos tarantines que pululan alrededor de las oficinas públicas. Esa sería una forma de detectar si el aumento tendrá más impacto en las "botellas" que en los que trabajan por necesidad.
Como economista, para mi es lógico pensar que las autoridades sectoriales correspondientes, léase Economía, Hacienda y Presupuesto, hayan analizado y planificado cuidadosamente esta decisión. De otra manera, se trata de un juego demagógico que puede resultar muy caro para las finanzas del Estado en su conjunto, no sólo por el efecto directo de un aumento en el gasto corriente, frente a un alto nivel de deuda, sino también a la presión sindical que surge con más ahínco hacia el sector privado, ocasionando inestabilidad en el mercado. Sus observaciones acerca de quiénes serían los más beneficiados de esta medida es muy válida, especialmente en un año electoral.
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