LAS CADENAS DE “CHIRICUÍ”

 El domingo 23 de Mayo de 2021, a la prima noche, a los pocos minutos de haber ocurrido un hecho muy trascendente en el Aeropuerto Internacional de las Americas, estaban las redes cundidas de información y el sazón que le puso la prensa fue que habían saboteado su pista de aterrizaje en una acción terrorista sin precedentes en la República Dominicana y justamente el día en que había salido del país el presidente de la nación con destino a Quito para asistir a la toma de posesión del recién electo mandatario de la República del Ecuador, Guillermo Lasso. 

La señora vicepresidenta en funciones, dijo que se había tratado de un gran acto vandálico,  lo que implicó que varios vuelos tuvieran que ser desviados a otros aeropuertos para fines de aterrizaje y considerables demoras en el despegue de otros. 

Todo se envolvió en una nube de conjeturas y hasta surgieron comentarios funestos de posibles atentados contra la seguridad del estado, aparte de la presunción de quienes pudieron haberse tomado el grandioso riesgo de haber asumido una acción que la gente juzgaba como algo planificado con mucho cuidado y quizás por expertos en cálculos de tiempo y movimiento para lograr acciones en el momento preciso. En conclusión, algo comparable con los libretos de Bruce Geller en los años 60 del pasado siglo, para la cadena de televisión CBS y su famosa serie Misión Imposible. 

El exitoso staff de Mission Impossible..!

Para que el asombro dejara a todos con la perplejidad encendida en grado superlativo, unos días más  tarde aparece un protagonista del caso, quien responde al nombre de Luis Abel Bens  apodado Chiricuí, oriundo de Boca Chica y de apenas 22 años de haber nacido, quien hizo una insólita confesión ante las autoridades que, hasta ahora, posiblemente nadie se lo ha creído ya que se echó la carga de la auto incriminación por asumir la responsabilidad de haber sustraído 1,653 pies de cables eléctricos de cobre que fueron cortados con una tijera forrada de goma para aislar la corriente y con la intención de fundir el metal para fines de venta en el mercado, conjuntamente con dos amigos que participaron en la operación para la obtención del botín. 

Chiricuí 

Si asumimos que Chiricuí fue capaz de incurrir en un hecho tan arriesgado, quizás será porque está acostumbrado a cometer ese tipo de delito, tal como otros lo hacen con mercancías de la misma índole. 

No es un secreto que en la República Dominicana funcionan varias industrias de exportación de metales que parecen ser de proporciones alarmantes, ya que son comunes los robos de tapas del alcantarillado, muebles metálicos, verjas, baterías, etc. Además, abunda un sinnúmero de compradores ambulantes de chatarra, piezas de hierro, electrodomésticos desechados y un montón de cosas más.