CABOS SUELTOS Y NO TAN SUELTOS

Para ser honesto y justo a la vez, hay que haber nacido y crecido bajo un control paternal ordenado.

Las familias forjan, las costumbres moldean lo forjado y el medio distorsiona con el herrumbre social desafortunado.

Las escuelas de antaño enseñaron un adagio, muy en boga por mucho tiempo: “Dime con quien andas y te diré quien eres”.

Eso ha perdido vigencia.

Hoy no se toma en cuenta para conquistar amigos moralmente calificados, sino escorias desechadas por la sociedad, salvo ciertas excepciones que no admiten adjetivos para calificarlas con justedades. 

Liborio Camuflaje es mi mejor amigo, estudiamos juntos, nos conocemos desde niños, es tacaño, “no floja ni un chele” y ni siquiera da limosnas, pero se aloca cuando llega ropa nueva, zapatos y perfumes caros a las tiendas, donde con mucha frecuencia, hace compras suntuarias.  

Sus costumbres estuvieron influenciadas por su padrino de confirmación, Salustrio Boyeyo, quien llegó a ser segundo teniente del ejército y le salió la baja cuando el capitán Camelio Bonanza, alias Pansemaco, lo escuchó decir a una parturienta haitiana que cruzaba la frontera, “deme lo mío”, “deje eso así” y que San Ramón la saque con bien. 

"Dime con quien andas y te diré quien eres" no es una frase cohete, como dicen algunos, es una sentencia que enseña y se usa como expresión de rigor para aconsejar a la juventud que se cree que debe ser amigo de por vida de sus compañeros de escuelas sin seguir paso a paso la evolución de su comportamiento. 

Esos amigos, en muchos casos, desaparecen por un tiempo y algunos años más tarde se sabe que estuvieron viajando, conociendo el mundo y hasta se casaron “con una rubia” en un país europeo. 

Vienen y se radican en una costa bien distante de la ciudad capital y comienzan una nueva vida. 

Ponen a circular el rumor de que la mujer que le acompaña es una millonaria nórdica que se enamoró de él y quedó tan apasionada que le prometió seguirlo hasta el fin del mundo. 

Las conversaciones entre amigos conducen a revelaciones y  competencias que van desde el aroma del perfume que usan hasta la primera experiencia íntima en una cama compartida entre dos o tres, lugar, fecha y dirección de semejante evento.

 No hay dudas de que esas cosas generan una especie de dandismo con modales agrietados por el arrastre de las perversidades o la manía más común entre los jóvenes que es el narcisismo. 

Cada historia entre amigos lleva una dosis de mentiras que enrojecen la envidia y la rivalidad desmedida. 

Entonces, como dejara grabado para siempre Oscar Wilde, el más singular novelista irlandés, considerado padre del clásico de literatura gótica de terror, por el aporte de una historia excelentemente llevada para poner al desnudo el estilo de vida de Dorian Gray. 

Aunque fuera una ficción, resalta tantas lecciones que nunca se perderán de vista, sobre todo por el desmedido afán del personaje en mantener su belleza juvenil durante toda su existencia.

Al pie: Los suplementos dietéticos para fines de desarrollo muscular son un método de engaño para la población y los tratamientos de ese tipo,  indicados por algunos facultativos, deben ser sometidos a cuestionamientos para determinar su eficacia antes de usarlos, principalmente sobre las hormonas cerebrales. 


 


 


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